José María Castilviejo
delante de una de sus pinturas JOSÉ MARÍA CASTILVIEJO,
HIJO PREDILECTO DE LA
CIUDAD DE ZAMORA

16 de mayo 2003
El pleno del consistorio de Zamora ratificó, por unanimidad de los grupos políticos, el nombramiento de Hijo Predilecto de la ciudad de Zamora, al pintor José María García Fernández, Castilviejo, recientemente galardonado con el Premio Castilla y León de las Artes 2002.

La obra del artista zamorano se encuentra expuesta en algunas instituciones y entidades, como la Diputación, el museo de Semana Santa o Caja España, así como en importantes colecciones particulares e instituciones del extranjero, como es el caso del Museo de Arte de Nueva York.
Nacido en Zamora el 29 de octubre de 1925, el artista reside desde 1969
en la localidad de Cubillas de Santa Marta, en Valladolid.

El pintor José María García Fernández "Castilviejo",
Premio Castilla y León de las Artes 2002


El pintor José María García Fernández "Castilviejo", ha sido galardonado con el Premio Castilla y León de las Artes 2002 por su "trayectoria vital ligada a Castilla y León ya que ha sabido plasmar en su obra la honda existencia de la Comunidad de Castilla y León uniendo lo tradicional
con la técnica contemporánea", según el fallo del jurado.

El pintor zamorano residente en Valladolid plasmó la esencia de la región en sus paisajes y personajes Tenía obra en numerosas colecciones y en museos nacionales e internacionales.

El pintor José María Castilviejo, Premio Castilla y León de las Artes, empleó en su larga carrera empleó las más diversas técnicas, del óleo y la acuarela al grabado y el dibujo, y se expresó en todos los temas, del paisaje y los retratos a los bodegones o los desnudos. Pero, sobre todo, «plasmó en su obra la honda existencia de la comunidad, uniendo lo tradicional con lo contemporáneo»,
según el acta del jurado que el año pasado le otorgó el galardón.

Castilviejo, que se llamaba en realidad José María García Fernández, nació en Zamora el 29 de octubre de 1925, y desde 1969 vivía en la localidad vallisoletana de Cubillas de Santa Marta. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y en 1946, después de la muerte de su padre, comenzó a pintar carteleras de cine y y vistas del Parque del Retiro, así como a hacer apuntes taurinos, copias de los cuadros del Museo del Prado y retratos femeninos,
además de diseñar portadas para las novelas del Oeste.

De regreso a Zamora, creó junto con Daniel Bedate la escuela de San Ildefonso, un centro que llegó a reunir a más de trescientos alumnos, y unos años después pintó los murales
de la Universidad Laboral de su ciudad. Luego, se trasladó a Valladolid, donde,
además de abrir su estudio, se dedicó a las artes gráficas.


La dureza de la tierra

Pintó toda su vida y realizó numerosas exposiciones -las últimas en la galería Rafael de Valladolid y el BBVA-, siempre con un indiscutible éxito, y su obra está en numerosas colecciones particulares y en instituciones nacionales e internacionales, entre ellas el Museo de Nueva York
o las colecciones Robinson y Rostchild.

Uno de sus cuadros fue seleccionado para la exposición de Las Edades del Hombre que acogió Salamanca en 1993, y el catálogo que le describía como "poseedor de una concepción esencialmente clásica, un dibujo irreprochable y una técnica de asombrosa perfección".

Hace un año, cuando le concedieron el Premio de las Artes, había vuelto a hacer grabados y estaba muy entusiasmado con la recuperación de una técnica que había abandonado hacía tres décadas. Afirmaba que las planchas le servían de descanso después de los cuadros de gran formato de su última exposición y estaba decidido a plasmar las bodegas de Valladolid y Zamora.

Se quejaba, sin embargo, de la dureza del paisaje castellano, porque nunca hay un día igual a otro. «Jamás un amarillo es semejante y el color de las laderas cambia con las horas», decía.